Sintiéndose llamado a la vida sacerdotal, entró en el Seminario Conciliar y, luego, a fin de completar sus estudios, fue enviado a Roma, donde recibió la ordenación sacerdotal en 1896.
Al regresar a Colombia, desempeñó los cargos de vicerrector y docente en el Seminario de Garzón. En 1903 fue nombrado obispo de Ibagué, donde residió durante veinte años hasta su nombramiento como Arzobispo de Bogotá y Primado de Colombia.
Durante su ministerio episcopal, dada la penuria y las fuertes tensiones políticas y sociales de la época, llevó a cabo una gran obra pastoral cuya finalidad era fortalecer la fe, incrementar la cultura religiosa, promover los valores cristianos, atender a los más pobres y reconciliar los ánimos divididos. Así mismo, bajo su sabio consejo y prudente ingenio, fue construido el actual edificio del Seminario Mayor de la Arquidiócesis.
El 9 de abril de 1948, en medio de la agitación popular, sufrió el saqueo e incendio de la Curia, su residencia arzobispal, el archivo diocesano y la destrucción de numerosos tesoros artísticos de la Iglesia de Bogotá. Con sentimientos de heroica resignación, mostrando una gran confianza en Dios y perdonando a sus enemigos y perseguidores, descansó en la paz del Señor el 3 de junio de 1950.
De conformidad con los decretos del papa Urbano VIII, declaramos que en nada se pretende prevenir el juicio de la Autoridad Eclesiástica y que esta oración no tiene finalidad alguna de culto público.
Las personas interesadas en obtener mayores informaciones sobre el Venerable, o que hayan recibido gracias por su intercesión pueden dirigirse a la Cancillería en la Curia Arzobispal Carrera 7a No. 10-20 Bogotá a escribir al correo: venerableismaelperdomo@arquibogota.org.co
Con licencia eclesiástica del Arzobispado de Bogotá.
Oración al Venerable Ismael Perdomo Borrero
Dios, Padre rico en misericordia, que concediste al Venerable Ismael Perdomo, obispo, un entrañable amor a la Virgen María y las más admirables virtudes de fe, fortaleza, amor a los pobres, humilde abnegación, heroica paciencia y celo por la paz, concédenos por sus méritos la gracia que hoy solicitamos de tu infinita bondad (se hace la petición) para que así, seguros de su intercesión en el cielo, lo veamos prontamente entre el número de los santos. Amén.
Padre nuestro, Avemaría, Gloria.
