Así lo dijo durante la Audiencia General de este miércoles 19 de diciembre en el Aula Pablo VI del Vaticano, dedicada a la Navidad.
En su catequesis, el Santo Padre recordó que en seis días será Navidad y alertó que la publicidad anima a intercambiar regalos nuevos para dar sorpresas. También interrogó si es esta la fiesta que le gusta a Dios y preguntó: “¿Cuál es la Navidad que querría Él, cuáles regalos y sorpresas?” y, por eso, animó a recordar la primera Navidad de la historia llena de sorpresas para “descubrir los gustos de Dios”.
En esta línea, el Papa explicó que la “Navidad es celebrar lo inédito de Dios, o mejor, es celebrar a un Dios inédito” que cambia lógicas y expectativas. De este modo, la Navidad es acoger las sorpresas del Cielo.
“La Navidad inaugura una época nueva, donde la vida no se programa, sino que se da; donde no se vive más para sí, en base a los propios gustos, sino para Dios; y con Dios, porque en la Navidad Dios es el Dios-con-nosotros, que vive con nosotros, que camina con nosotros”, afirmó.
Asimismo, el Santo Padre recordó que “la Navidad es la revancha de la humildad sobre la arrogancia, de la sencillez sobre la abundancia, del silencio sobre el estruendo, de la oración sobre ‘mi tiempo’, de Dios sobre mi yo”.
En este sentido, el Papa Francisco exhortó a vivir la Navidad “como Jesús, venido para nosotros necesitados, y bajar hacia quien necesita de nosotros” y agregó que se requiere seguir el ejemplo de María y San José. “Como María: confiar, dóciles a Dios…, como José: alzarse para realizar lo que Dios quiere, incluso si no es según nuestros planes” afirmó.
“San José es sorprendente: en el Evangelio no habla nunca, no hay una palabra de San José en el Evangelio y el Señor le habla en el silencio, le habla en el sueño” explicó el Santo Padre quien añadió que “Navidad es preferir la voz silencio de Dios a los estruendos del consumismo”.
Guardar silencio
En este sentido, el Papa invitó en esta Navidad a “estar en silencio delante al pesebre”. “Date un poco de tiempo, ve delante al pesebre, quédate en silencio, y sentirás, verás la sorpresa”, exclamó.
Al finalizar, el Santo Padre alertó a no equivocarse de fiesta en la Navidad que no sea “solo una bella fiesta tradicional, donde al centro estamos nosotros y no Él. Por favor, ¡no mundanicemos la Navidad!”, pidió.
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