En un comunicado publicado este viernes 12 de agosto, los obispos agradecieron la invitación a dialogar del Presidente Juan Manuel Santos y señalaron que reciben “con complacencia el anuncio de que el Gobierno Nacional y el Ministerio de Educación no promoverán ni implementarán la ideología de género en el país”.
El encuentro del mandatario y tres obispos, entre los que estaba el Cardenal Rubén Salazar Gómez, se realizó ayer, luego de lo cual el Presidente hizo una declaración pública sobre el tema.
Además, el Ministerio de Educación publicó un comunicado en el que señalan que ni esa institución estatal “ni el Gobierno Nacional han implementado ni han promovido, ni promoverán, la llamada ‘ideología de género’”.
El texto del Ministerio señala que “el documento del Fondo de Población de las Naciones Unidas sobre ambientes escolares fue publicado en las páginas web de las Naciones Unidas para su discusión, sin la autorización del Ministerio,como lo ha reconocido en comunicado público dicha organización. Ese documento no será autorizado”.
El documento al que se refieren es el texto de 93 páginas titulado “Ambientes Escolares Libres de Discriminación” realizado en el marco del convenio firmado por el Ministerio de Educación con tres instituciones de la ONU: UNICEF, que es el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia; UNFPA, el Fondo de Población de las Naciones Unidas; y PNUD, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo.
El costo del convenio es de 1.586.728 millones de pesos, es decir más de medio millón de dólares y fue creado para la consulta de rectores y maestros de las escuelas.
En su comunicado del 12 de agosto, los obispos de Colombia afirman que “acompañaremos y brindaremos oportuno seguimiento a cuanto el Gobierno Nacional ha manifestado en el comunicado del 11 de agosto, emitido por el Ministerio de Educación”.
Sobre las marchas del 10 de agosto en ciudades como Bogotá, Barranquilla, Cali, Medellín, Ibagué, Bucaramanga, Tunca, Palmira, Popayán, entre otras; los prelados indican que reconocen en ellas “un apoyo decidido a la institución familiar como célula fundamental de la sociedad y un ejercicio del derecho que asiste a los padres de educar a sus hijos conforme a sus convicciones y valores”.
Subrayaron luego la importancia del respeto “por todo ser humano, independientemente de su raza, sexo, orientación sexual, origen nacional o familiar, lengua, religión u opinión política” y animaron a construir ambientes libres de violencia y discriminación.
Finalmente los obispos exhortaron a los padres de familia a “asumir con verdadera responsabilidad la misión de ser los primeros educadores de sus hijos, según el dictamen de su conciencia, y a participar activamente en todos los procesos relacionados con su formación integral”.
En julio de este año en Panamá sucedió algo similar a lo que acaba de suceder en Colombia. Luego de la multitudinaria marcha realizada por miles de ciudadanos en la capital, el el presidente de la Asamblea Nacional, Rubén de León Sánchez, anunció que devolvía a la comisión de salud la Ley 61 –que promueve la educación sexual y reproductiva en los colegios– para que sea nuevamente discutida.
Fueron aproximadamente 100 mil los panameños que salieron a las calles para defender a la familia y combatir la ideología de género.
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