Pasar al contenido principal

¿QUIENES SOMOS?

19 de Enero de 2024
HISTORY

La Vicaría Episcopal Territorial Santa Isabel de Hungría (VETSIH) es fruto de un trabajo evangelizador permanente de la Arquidiócesis de Bogotá. Allí, los obispos han puesto su mirada de pastores para que, en la población de este territorio, se haga visible el anuncio del evangelio y se logre la consolidación de comunidades de fe.

La Vicaría  inicia cuando Monseñor Augusto Campos, Vicario responsable de la Vicaría del Espíritu Santo de Bogotá,  en marzo del 2017 propone al Cardenal Rubén Salazar la creación  de 14 nuevas parroquias. Esto, con el propósito de ampliar la presencia de la Iglesia en esta zona sur occidental de Bogotá. Este año estaba en marcha la segunda etapa el Plan E (Plan de evangelización de la Arquidiócesis de Bogotá) denominada Nuevo Rumbo, etapa en que una insistencia era la renovación de las estructuras arquidiocesanas para una mejor atención de las comunidades eclesiales.  En este contexto se entiende la decisión del Cardenal Salazar de crear la Vicaría la Vicaría Episcopal Territorial Santa Isabel de Hungría.

La  Vicaría  nace con un total de 33 parroquias de las cuales  14 de ellas son erigidas.  La erección se hizo mediante decreto No. 1117 del 28 de junio de 2017 segregada de la Vicaría Episcopal Territorial del Espíritu Santo.

La VETSIH ocupa casi todo el territorio de la localidad Nº 19 del Distrito Capital llamada Ciudad Bolívar (sin incluir los barrios Perdomo y Madelena que pertenecen a la Diócesis de Soacha). Esta localidad se encuentra al sur occidente de Bogotá y cuenta, según la página oficial de la Alcaldía (2023), con aproximadamente 850.000 habitantes.

El nombre de Santa Isabel de Hungría, quien es a su vez la Patrona de la Arquidiócesis de Bogotá, surge por el testimonio de vida de esta santa con los más pobres y vulnerables.

Poco a poco, con la ayuda de Dios y el trabajo evangelizador de tantas personas involucradas en los procesos pastorales, se fueron consolidando pequeñas comunidades de fe en los barrios que van  creciendo aceleradamente y de manera informal, en este inmenso territorio que incluye también algunas zonas rurales de la localidad. Del mismo modo, como regalo de Dios para Ciudad Bolívar siguen llegando  sacerdotes y comunidades religiosas, tanto masculinas como femeninas, que, con su diversidad de carismas,  se insertan  en medio de esta cultura popular y de base para vivir con ellos sus alegrías y sufrimientos, “la Iglesia pobre entre los pobres”.